Escribir es terapéutico. Mucha gente lo afirma, y yo estoy de acuerdo. Escribir sobre uno mismo es una forma eficaz de conocerse mejor y de tomar conciencia.
Los pensamientos fijados en el papel se vuelven inmediatamente más claros, despejados, relajados. Escribir ayuda a centrarse en quiénes somos, qué hacemos, hacia dónde vamos. A obtener una imagen cada vez más nítida de nosotros mismos.
Releer lo que hemos escrito después de un tiempo nos ayuda a recordar, a tener una idea del camino que hemos recorrido, a identificar cualquier patrón recurrente en nuestras vidas.
El principal instrumento para escribir sobre uno mismo es el diario. Pero recientemente he descubierto que también se pueden hacer pequeños ejercicios de escritura autobiográfica dirigidos.
Buscar dentro de uno mismo
Los ejercicios de escritura ilustrados en este artículo están tomados del libro del atuor Chade-Meng Tan. Meng es ingeniero y ha trabajado en Google. Search Inside Yourself fue su proyecto personal: desarrollar un curso para ayudar a los empleados de Google a mejorar la conciencia y la inteligencia emocional. Para estar menos estresados, ser más felices, creativos y productivos en el trabajo y en la vida en general.
La escritura autobiográfica, junto con la meditación, es una de las herramientas propuestas en este programa. Durante las dos últimas semanas, he disfrutado probando todos los ejercicios de escritura descritos en el libro. Me han gustado porque son sencillos y muy rápidos (de 3 a 7 minutos cada uno).
La idea es hacerlos a menudo, todos los días si es posible. Si ya tienes el hábito de llevar un diario, estos ejercicios son útiles para probar algo diferente, para acompañar tu escritura diaria. Si, por el contrario, no estás acostumbrado a utilizar la escritura para reflexionar sobre ti mismo, estos ejercicios son perfectos para empezar.
Las reglas del juego
Estos ejercicios son totalmente gratuitos. No tienes que comprometerte a escribir bien. No tienes que parecer inteligente o brillante (de todas formas, no tienes que dejar que nadie los lea). Escribe directamente, sin pensar, sin volver atrás ni releer. No te preocupes en absoluto por la forma ni por corregir los errores. El objetivo es dejar que tus pensamientos fluyan sobre el papel.
Sólo hay una regla: no dejar nunca de escribir. La mano debe estar siempre en movimiento. Nada de pausas para reflexionar. Si no sabes cómo continuar escribe: no tengo nada más que decir, no sé qué escribir, sigo sin saber qué escribir hasta que se me ocurra algo.
Lo que necesitas
Un cronómetro. Papel y bolígrafo.
Si te molesta mucho escribir a mano, creo que también puedes utilizar el teclado, siempre que recuerdes las reglas mencionadas anteriormente.
El ejercicio más sencillo
Date un tiempo para hacer el ejercicio. Tres minutos pueden ser suficientes. Si te gusta escribir y ya sabes que querrás hacerlo durante más tiempo, también puedes aumentar los minutos a cinco. Nadie te prohíbe hacer más, pero siempre es mejor empezar poco a poco, sin cansarse: así es más probable que quieras volver a hacerlo mañana, y pasado mañana…
Entonces necesitas una sugerencia para empezar a escribir. Por ejemplo: lo que siento ahora mismo es…. Pon en marcha el temporizador y, durante el tiempo establecido, escribe todo lo que te venga a la mente. No es necesario completar la frase inicial, sólo sirve para empezar el ejercicio. El objetivo es ser libre y escribir sucesivamente sin parar.
Una forma divertida de practicar este tipo de escritura a diario es escribir una frase de partida diferente en varios trozos de papel y sacar uno al azar cada día.
Ejercicio de autoevaluación
Este ejercicio combina una fase de reflexión y otra de escritura. Piensa durante un par de minutos en una circunstancia en la que reaccionaste positivamente ante una situación difícil y obtuviste un resultado satisfactorio. También puedes pensar en más de una situación de este tipo y reflexionar si existe algún patrón recurrente.
Tras esta breve reflexión, descansa la mente unos segundos y vuelve a hacer el ejercicio:
- Las cosas que me dan satisfacción son…. (escribe durante 2 minutos)
- Mis puntos fuertes son… (escribe durante 2 minutos)
A continuación, repite el mismo ejercicio, pero considerando una circunstancia opuesta. Tómate un par de minutos para pensar en una circunstancia en la que reaccionaste negativamente ante una situación difícil y el resultado fue un desastre. De nuevo, si te vienen a la mente varias circunstancias, intenta ver si hay un patrón recurrente.
Reprodúcelo durante unos segundos y luego haz el ejercicio:
- Las cosas que me molestan son…. (escribe durante 2 minutos)
- Mis puntos débiles son… (escribe durante 2 minutos)
Al final puedes releer lo que has escrito sobre ti mismo. Probablemente, algunas cosas no te sorprenderán en absoluto. Otras quizás sí.
Imagina tu futuro
Este ejercicio es mi favorito. Consigue emocionarme y sorprenderme. Se trata de utilizar la imaginación para descubrir cuáles son nuestras motivaciones y valores más profundos, a fin de comprender cómo queremos realmente que sea nuestro futuro. El ejercicio escrito dura esta vez un poco más que los otros: 7 minutos.
La sugerencia es la siguiente: imagina que a partir de este momento todo en tu vida irá según tus mejores expectativas. Todo irá bien, incluso más allá de tus expectativas. ¿Cómo será tu vida dentro de 5 años? Intenta imaginar tu vida con el mayor detalle posible.
- ¿Quién eres y qué haces?
- ¿Qué sientes?
- ¿Qué dice la gente de ti?
Tómate un minuto para imaginar este futuro. Y luego empieza a escribir, siguiendo siempre las reglas definidas al principio (escribe en sucesión sin detenerte nunca y sin preocuparte por la forma).
Esto me resulta muy gratificante. Y también sorprendente, porque algunas de las cosas que he escrito nunca se me habían ocurrido desearlas.
No se trata de soñar despierto. La imaginación debe servir para enfocar mejor hacia dónde queremos ir. Cuanto más nítida y precisa sea la imagen del futuro que quieres, más podrás pensar en lo que puedes hacer, desde ahora, para ir en esa dirección.
Puede ser interesante repetir el ejercicio a lo largo del tiempo, por ejemplo cada mes, para ver lo que en esta imagen del futuro ideal permanece igual y lo que, en cambio, cambia. Y también puedes decidir dedicar más tiempo al ejercicio. Escribir durante media hora, o incluso una hora. Cuanto más detallada sea la imagen que podamos dibujar, más eficaz será el ejercicio.
Esto que he propuesto en este artículo son ejercicios de escritura introspectiva (que también se puede llamar escritura terapéutica): una herramienta de autocuidado y crecimiento personal muy útil, para tener en nuestra caja de herramientas de cosas que hacemos para sentirnos bien.