¿Sabias que tu personalidad crea tu realidad personal? Y es que nuestro mundo interior está hecho de recuerdos.
El hábito de pensar de una manera determinada se debe a que nuestro cerebro está estructurado para reflejar todo lo que sabemos sobre el mundo. Cualquier tipo de información que hayas adquirido a lo largo de tu existencia se almacena en las conexiones sinápticas del cerebro. Toda la gente que has conocido, las experiencias que has tenido, forman tus recuerdos.
Los recuerdos crean tu entorno
El cerebro en la mayoría de los casos corresponde a ese entorno, es decir, a la memoria del pasado y al reflejo de lo que ya hemos vivido. Durante los momentos de vigilia hacemos muchas cosas, nos relacionamos con muchas personas. Las circunstancias externas nos llevan a pensar.
De este modo, se recuerdan todas las experiencias anteriores relacionadas con un acontecimiento concreto. En otras palabras, tus pensamientos son inducidos por tus recuerdos pasados.
Así que si tus pensamientos determinan tu realidad y piensas basándote en tus recuerdos pasados… ya sabes por dónde va esto, ¿no? ¡Seguirás produciendo la realidad que siempre has experimentado.!
Tus pensamientos son coherentes con tu realidad exterior, que a su vez influirá en tu realidad interior. Muchas de las actitudes tóxicas que tienes no son realmente tuyas. Los has heredado de tu familia de origen, de tus profesores, de tus amigos, de tus parientes, de tu pareja.
Esto se debe a que algunos recuerdos y reacciones emocionales pueden formarse sin ninguna participación cognitiva consciente. En la arquitectura de nuestro cerebro, un papel fundamental en las emociones lo desempeña la glándula llamada amígdala.
Las señales externas se clasifican según su significado para que el cerebro reconozca cada objeto y el significado de su presencia. A diferencia del neocórtex, más lento y refinado a la hora de diseñar las reacciones adecuadas a lo que ocurre, la amígdala desencadena respuestas emocionales inmediatas, precisamente por su conexión directa y «rápida» con el tálamo.
Las señales que toman la ruta directa a través de la amígdala corresponden a los sentimientos más primitivos y poderosos, como el miedo. Durante siglos, esto garantizó la supervivencia de las especies. Pero hoy en día, algunas reacciones emocionales desencadenadas por la activación de la amígdala pueden ser obsoletas.
Cuanto más potente sea la activación de la amígdala, más fuerte será la impresión del recuerdo. Por eso, las experiencias vitales que más nos duelen son las que permanecen más indelebles en nuestra memoria.
La amígdala desempeña un papel fundamental durante la infancia: las experiencias de estos años son muy poderosas por un simple hecho. La amígdala los almacena como hechos emocionales burdos y sin palabras.
La respuesta emocional
Los primeros recuerdos emocionales se imprimen en la memoria del niño cuando éste aún no tiene palabras para describirlos. Cuando se recuerdan tales acontecimientos, incluso en la edad adulta, no se puede asociar ningún pensamiento bien articulado con la respuesta emocional que se produce.
Se trata de explicar brevemente cómo algunos de nuestros primeros recuerdos son capaces de influir en nuestra vida actual de forma inquietante. Tomar conciencia de ello mediante un análisis silencioso y consciente puede ayudar a cambiar estos programas originales.
Está claro que se trata de un trabajo muy delicado que en algunos casos requiere la intervención de profesionales específicos.
Por lo tanto, algunas de las actitudes y respuestas emocionales que tenemos hoy en día pueden tener raíces muy lejanas y obsoletas. Incluso pueden resultar perjudiciales, a largo plazo, así como difíciles de erradicar porque se han convertido en algo habitual, en una parte integral de nosotros.
Al reconocer tales actitudes detrás de nuestros hábitos cotidianos, detrás de nuestros automatismos, podemos entender que pertenecen a nuestros padres, o a ese querido amigo que conocimos hace muchos años… poco importa.
Cuando lo reconozcas, podrás preguntarte: ¿es realmente útil que siga adoptando este comportamiento? ¿Siento realmente que es mío o sería mejor dejarlo pasar?
Cuando tomas conciencia del curso de tus pensamientos te das cuenta de que si recurres a los recuerdos del pasado sólo puedes recrear experiencias pasadas. Cada mañana te levantas y a través de los recordatorios sensoriales sabes exactamente cuál es tu entorno.
Todos los días haces más o menos las mismas cosas. ¿Por qué esperas que ocurra algo diferente en tu vida?