El mundo en el que vivimos ha inducido en nosotros la necesidad de cosas inmediatas, los resultados deben verse inmediatamente y no es correcto.
Hay cantidad de personas que se ponen objetivos enormes y gigantescos en la vida. Del tamaño de una montaña y solo tiene que ocurrir algo excepcional para que lo vea realizado. El problema de ponerse objetivos tan grandes es que al final uno acaba desanimado y sin fuerzas para el camino.
Imagina una montaña donde la cumbre es la meta. Te pido que elijas si quieres afrontar la subida a la carrera o tomártelo con más calma. Por supuesto, correr puede llevarte a la meta más rápido, pero llegas sin energía. Subir lentamente significa avanzar paso a paso, y llegar a la cima sin darte cuenta de lo empinada que estaba la subida y, mientras tanto, disfrutar también del paisaje.
¿Lo pillas?… ¡BINGO! ¡Es a partir de las pequeñas cosas que se dan paso a paso cuando uno llega a las grandes metas!
La idea clave del método Kaizen, que puede aplicarse en todos los ámbitos de la existencia, es acoger los cambios en la vida de uno que son tan pequeños que no se perciben en absoluto. Cada pequeño cambio no debe suponer un esfuerzo, cada paso en dirección al objetivo debe sentirse natural y necesario.
La filosofía Kaizen
El kaizen es una estrategia de mejora continua y constante, que debe perseguirse día a día en la vida cotidiana. Parte de la idea de que si mejoras un 1% cada día, conseguirás una transformación, un cambio, un progreso a medio y largo plazo.
Este método parece eficaz porque elimina dos grandes obstáculos al cambio:
- La primera es el miedo al cambio. Al proponerse realizar pequeños cambios, la ansiedad es menor y se reduce el estrés que podría provocar el fracaso en la consecución de un objetivo exigente.
- La segunda razón es que hay menos tendencia a procrastinar, es decir, a posponer el cambio indefinidamente. Si sentimos que tenemos que realizar una tarea muy difícil, muchas veces posponemos su inicio.
El método Kaizen
El método Kaizen nos invita a no caer en la inercia, a no dejar pasar los días sin haber mejorado algo. No nos centramos en el objetivo final, sino en el proceso.
Este modelo nos invita a cultivar un estilo de vida en el que haya una mejora continua, un progreso. Y eso nos hace sentirnos ganadores con frecuencia. Y no es solo la sensación de satisfacción por el objetivo alcanzado cada día, sino también el hecho de que es una forma práctica de resolver grandes problemas.
La filosofía kaizen está al alcance de todos y puede aplicarse en todos los ámbitos. Por lo tanto, no te desanimes por los objetivos desafiantes, la belleza del viaje no es el destino, sino el trayecto.