La mayor parte de nuestra ansiedad proviene de la incertidumbre de la vida. O más bien, de nuestra incapacidad para aceptar o incluso afrontar el hecho de que la vida es tan sumamente impredecible.
Puede que lo hayas hecho todo bien, que hayas elaborado un plan óptimo y que te hayas esforzado por seguirlo paso a paso. Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos y la planificación, la vida puede dar un vuelco.
¿Quieres algunos ejemplos? Hay cientos, seguro que alguno a pasado de refilón en tu vida.
- La relación en la que se basaba todo se hace añicos;
- un problema repentino en el trabajo;
- una enfermedad que te afecta a ti o a un ser querido;
- El error de otra persona te afecta gravemente.
Cuando ocurren estos imprevistos, sientes que te diriges a un caos sin fin. Y así es como surgen en nuestro cuerpo la ansiedad y el miedo: al no saber aceptar y gestionar la incertidumbre, tu cerebro entra en modo de supervivencia y tus posibilidades de vivir una vida tranquila caen en picado por debajo de cero.
La diferencia entre los indecisos y los que no lo son
No hay nada peor en la vida que tener que preguntarse siempre qué está bien y qué está mal. Tu ansiedad y tus miedos provienen de esto, de la confusión que reina en tu mente cuando tienes que tomar decisiones importantes.
De hecho, las personas más ansiosas y asustadas son las que, ante el caos, creen que no tienen ningún punto de apoyo. Se sienten como si estuvieran en alta mar, en medio de las olas, zarandeados por las corrientes. En este estado de ánimo, es imposible vivir en paz.
Por el contrario, las personas fuertes y resistentes, las que parecen haber descubierto cómo afrontar la incertidumbre de la vida y manejar cada situación con valor y decisión, son las que siempre saben lo que está bien y lo que está mal.
Ojo, no estoy diciendo que sean dioses omniscientes e infalibles. Ellos también cometen errores de juicio, se caen y fracasan. Pero, en comparación con los demás, no se hunden en la ansiedad por una razón muy concreta: han definido una escala de valores muy precisa, que nunca pierden de vista.
¿Cómo te enfrentas a la incertidumbre de la vida?
Cada uno de nosotros tiene las coordenadas de la felicidad en su propio interior. Si te comprometes a realizar ese viaje interior y exterior para encontrarlos, tu vida será mucho más sencilla: lo único que tienes que hacer es configurarla de tal manera que nunca los pierdas de vista.
Pero si no te dedicas a esa búsqueda, vivirás toda una existencia preguntándote qué te hace feliz. Y muy probablemente, al final, te convencerás de que la felicidad es sólo una ilusión, ya que no la has encontrado.
Lo mismo ocurre con la forma de afrontar la incertidumbre en la vida: si te encuentras en una situación de gran inestabilidad e incertidumbre, es esencial que sepas exactamente lo que te conviene o no. Porque si no, no sabrás qué dirección tomar, cuál es la mejor opción para ti y para las personas que confían en ti, cómo comportarte.
Estarás a merced de las corrientes del mar, resignado a la idea de que la vida es algo que hay que soportar pasivamente, cuando en realidad, cada uno de nosotros puede ser artífice de su propia existencia.
¿Qué son los valores?
Sólo tú puedes descubrir cuáles son tus valores. Lo que está bien o mal para ti, tu brújula a seguir en cada situación de la vida.
Algunos de los valores más comunes hoy en día son la riqueza, la comodidad, la alegría, la belleza, el orgullo y la aceptación. En el pasado era la familia, la tradición, el sentido de pertenencia a una comunidad, la espiritualidad, la disciplina. En el futuro, los valores más importantes serán los relacionados con los derechos: de las personas, del medio ambiente, de los animales.
Los valores, básicamente, son la respuesta a la pregunta: ¿Qué es realmente importante para ti en la vida?
Cómo afrontar la incertidumbre de la vida
Si te encuentras en un momento difícil, los valores son el camino para salir de la confusión. Son el orden que contrarresta el caos, la certeza que supera la indecisión. Son un salvavidas cuando tienes que tomar decisiones muy importantes y no puedes permitir que el miedo te influya.
Los valores son tan importantes porque, básicamente, deciden por ti. Haz una lista con los 10 valores más importantes para ti y apréndetelo de memoria. Una vez aprendidos tus valores reales, saldrán solos cuando los necesites. ¡Pruébalo!
Establecer una jerarquía
Una vez que haya identificado tus diez valores, ordénalos por importancia. De este modo, tendrás una jerarquía clara y precisa en caso de que dos valores entren en conflicto en una determinada cuestión.
Por ejemplo, la tranquilidad y el orgullo pueden ser importantes para ti: ¿qué haces cuando alguien te provoca y quizás insinúa falsedades sobre ti?
Aquí es donde entra en juego la jerarquía. Si la tranquilidad está más arriba en tu lista de valores que el orgullo, decidirás abandonar la provocación. Si, por el contrario, el orgullo es lo primero, decidirás responder de la misma manera renunciando a tu tranquilidad para defender tu honor.