En esta entrada vamos a diseccionar las partes del cerebro para ver con claridad de donde salen las emociones. La palabra emoción viene del latín emotio que deriva completamente del verbo «emovere» y lo podríamos traducir al castellano como «mover o trasladar». Cuando se añade el prefijo e-/ex- el significado se completa como «hacer mover, retirar o desalojar».
Emociones y Sentimientos
Por tanto, la emoción puede definirse como un estado mental intenso, positivo o negativo, que surge automáticamente en el sistema nervioso. El sentimiento, por oposición a la emoción, sería entonces nuestra experiencia subjetiva de un estado mental nacido del cerebro.
El Sistema Límbico: rutinas y amenazas
El sistema límbico (del latín limbus ‘anillo’), desde un punto de vista evolutivo, pertenece a la parte primitiva del encéfalo, y en la época de los reptiles era la parte dominante del cerebro.
El sistema límbico regula las funciones vegetativas básicas y controla las reacciones y los movimientos estereotipados. Evolucionó para manejar situaciones de «lucha o huida», es decir, luchar o huir, en respuesta a una amenaza.
Después, millones de años más tarde, estos centros emocionales evolucionaron hacia nuestro cerebro pensante: el neocórtex.
El hecho de que nuestro cerebro racional haya evolucionado a partir de nuestro cerebro emocional es un indicio de la estrecha relación entre el pensamiento y la emoción.
Amígdala: mediación de las emociones
La amígdala es una estructura de dos núcleos, con forma de almendra, situada en los dos hemisferios cerebrales, y su función es mediar y controlar las emociones.
Una lesión en la amígdala provoca una pérdida de la percepción afectiva del mundo: el sujeto puede reconocer a una persona con exactitud, pero es incapaz de saber si le gusta o no.
Corteza prefrontal: responsabilidad y razonamiento
El córtex prefrontal, por su parte, desempeña un papel fundamental en la definición del «carácter» de una persona, ya que controla el estado de ánimo, el estado emocional, el sentido de la responsabilidad e incluso las capacidades superiores de razonamiento.
Los daños en esta parte del cerebro parecen provocar la pérdida del sentido de la responsabilidad, la capacidad de concentración y la abstracción.
Una de las razones de la inconsciencia de los adolescentes puede ser que el córtex prefrontal aún no se ha desarrollado completamente.
Como expresamos nuestras emociones
Expresamos nuestras emociones activando ciertos músculos. Esto funciona tanto para nosotros como para los animales, pero nosotros tenemos más control sobre ello.
Varios investigadores han tratado de identificar las emociones primarias, es decir, aquellas emociones que no pueden descomponerse en otras emociones.
Varios investigadores han dado respuestas diferentes, que van desde la teoría de Mowrer, en la que sólo hay dos emociones primarias: el dolor y el placer, hasta unas ocho por parte de otros investigadores. Las dos teorías más populares son las de Ekman y Plutchik.
Expresamos nuestras emociones principalmente a través de nuestras expresiones faciales.
Aunque podemos adoptar una expresión facial de forma voluntaria, existen dos circuitos nerviosos diferentes para los músculos faciales, uno de los cuales es involuntario.
La activación de una emoción concreta también puede activar circuitos involuntarios, las llamadas «microexpresiones», es decir, momentos muy breves en los que se expresa la emoción real. Por ello, es imposible negar por completo la expresión de una emoción.
Así que nuestra mente surge de nuestro cerebro, nuestro cerebro nace de nuestras emociones, los sentimientos son nuestra visión subjetiva de los estados emocionales, podemos controlar las emociones pero nunca ocultarlas por completo.