A veces estás demasiado cansado. Demasiado cansado para luchar, para pelear, siempre, todos los días, contra una enfermedad que parece no dar tregua y no deja espacio para nada más.
A veces uno se siente así, agotado, con el único deseo de tener una vida normal, una vida en la que uno pueda «no pensar», no tener que lidiar con algo tan fuerte como puede ser una enfermedad.
Son momentos difíciles, en los que las ganas de parar todo pueden ser realmente grandes. También son momentos peligrosos, porque si escuchamos a esa voz que nos dice que ya no tenemos fuerzas para luchar, para dejar pasar las cosas, entonces ella, la enfermedad, gana. Y si gana, gana la batalla más importante, aquella en la que uno se rinde, dejando de creer en sí mismo y en sus propias capacidades,.. y esto NO LO PODEMOS PERMITIR.
Tienes la fuerza necesaria
Aunque no lo creas tienes fuerzas suficientes para ganar a esa voz interior. Y ganar esta batalla no sólo significa curarse. Superarlo también significa conseguir, aunque sólo sea momentáneamente, silenciarlo.
Superarlo también significa pedir ayuda, abrirse, darse la oportunidad de mejorar. Superarla significa también poder soñar de nuevo, tener esperanza, mirar hacia el mañana. Superarlo significa también no detenerse, sino seguir adelante, día tras día, por ese camino que tarde o temprano puede conducir a la meta deseada.
Por supuesto, es un camino sinuoso, un camino a menudo resbaladizo, en el que uno puede caerse, pero un camino que realmente puede llevarnos lejos.
Vemos cómo en momentos difíciles es fácil dejarse vencer por la desesperación y el cansancio. Pero también vemos cómo, a pesar de todo, es importante no perder la esperanza y seguir adelante, día tras día, luchando por superar la enfermedad y conseguir una vida normal.
Superar una enfermedad no sólo significa curarse, sino también aprender a vivir con ella, a controlarla y a seguir adelante. Significa no dejarse vencer por la tristeza y el miedo, sino encontrar la fuerza y la determinación para seguir luchando.
Para superar una enfermedad, es importante pedir ayuda, no tener miedo de abrirse y compartir nuestros sentimientos con los demás. Esto puede hacer una gran diferencia en nuestra lucha contra la enfermedad, ya que nos permitirá recibir el apoyo y el consuelo que necesitamos en momentos difíciles.
Además, es importante no perder la esperanza y seguir soñando. La esperanza es un motor que nos puede ayudar a seguir adelante, a pesar de las dificultades, y nos puede dar la fuerza para seguir luchando por una vida normal y feliz.
Superar una enfermedad es un camino difícil y sinuoso, pero no es imposible. Con determinación, coraje y esperanza, podemos conseguirlo y seguir adelante, hacia un futuro mejor.