He visto esta frase o una similar escrita en muchos murales de diversas ciudades. Y hace poco tambien lei esta misma frase en una de las ventanillas de un flamante Ferrari que estaba aparcado en un centro comercial. Ese coche llamaba la atención porque estaba recién sacado del concesionario y completamente rallado.
Y te hace reflexionar, ademas, creo que sigue siendo actual, y por desgracia seguirá siéndolo por toda la eternidad. Y no me faltan razones para decirlo.
Aprende a aplaudir el éxito de los demás.
Y es que hay muchas personas que les molesta el éxito de otras personas. Cuando alguien nuevo llega al departamento en el que trabajas y sabes que es mejor que tu en el trabajo normalmente se le pone «en cuarentena» y se deja apartado de «la manada» porque es un bicho raro, un bicho tan raro que posiblemente pueda sacar los colores a todo el departamento haciendo ver que hacer una persona puede hacer un trabajo mas rápido y eficaz que medio departamento.
No es difícil entender la frase que da título a este texto, dentro de la exposición descrita hasta ahora. Parece que la envidia, el ego y la estrechez de miras de los malos profesionales que ya trabajaban en lun determinado lugar eclipsan por completo la grandeza y el talento que el nuevo compañero contratado tiene que ofrecer y añadir al equipo… porque saben que es mucho mejor que ellos.
Sería estupendo que todos reconocieran que la nueva contratación es, sin duda, un talento único. Tiene defectos y cualidades como cualquier otro ser humano. Pero para ese momento y proyecto, su nombre es el más adecuado para ese trabajo.
Otro ejemplo donde podemos ver que el éxito molesta. Hace ya un tiempo una presentadora de un programa deportivo en TV, hizo pasar un mal rato a todo su equipo cuando, por error, le pasaron la ropa de trabajo de esta presentadora a otra periodista de esa cadena, que presentó su programa con ella puesta. Un error que podría haber pasado desapercibido, y corregido sin mayores problemas, casi se convierte en un despido masivo.
En el primer caso, lo más normal que deberían haber hecho los veteranos es dar la bienvenida y mostrar apoyo y solidaridad al nuevo empleado. En el segundo ejemplo, aunque la presentadora tenga experiencia, sea respetada y ocupe un gran puesto, lo ideal sería que reconociera que los errores son comunes, porque todo el proceso está gestionado por seres humanos, y se puede rectificar el error en concreto.
Estoy seguro de que los hechos descritos te resultan familiares. En algún momento de tu vida personal o profesional, te has identificado o te identificas con esto. Podría describir todo o gran parte de cómo me suena este texto, dentro de mi vida en general. Pero me limito a utilizar los ejemplos indicados.
Abre tu mirada
No seas tan pequeño como para querer cosechar lo que no has plantado. Trabaja duro para alcanzar tus sueños y no te compares con nadie más. Hasta que llegue tu turno, aprende a aplaudir el turno de los demás. Lo que es tuyo encontrará la manera de llegar a ti. Aprende a reconocer el talento y el esfuerzo de los demás. La mejor manera de llegar a ella es luchando sin cesar, tendiendo la mano a los que vienen detrás y a los que te rodean, y aplaudiendo a los que lo hicieron antes que tú.
Volviendo al párrafo inicial donde hablo sobre la anécdota del Ferrari , que estaba prácticamente nuevo, y que estaba extremadamente rayado, la frase pegada por dentro de la ventanilla del conductor fue la mejor manera que encontró el propietario para seguir mostrando su grandeza. Y quien rayó el vehículo, simplemente mostró su pequeñez, su fracaso, su envidia, y cómo «el éxito molesta«…