Mucha gente tiene esta pregunta saltando diariamente en su cabeza. Y es que no paran de pensar en cuanto tienen cualquier duda o miedo el no ser suficiente, no para los demás sino para si mismos.
Voy a intentar dar respuesta a esta curiosa respuesta, sigue leyendo, a ver si podemos calmar esa mente inquieta.
Para empezar, si no pensaras que no eres suficiente, significaría que ya estás establecido y tienes éxito. Sentirse incompetente, inútil o insatisfecho es el trampolín para el crecimiento personal. Estás en muy buena compañía. Creo que el 90% o más de las personas, especialmente los jóvenes, no se sienten lo suficientemente buenos.
Así, la creencia (o convicción) de ser inadecuado es la más común de todas.
Pero quieres saber lo que tienes que hacer para no sentirte estúpido, para no avergonzarte. Bueno, eso es fácil de decir. En primer lugar, déjame decirte que todo esto es normal: todos hemos pasado por ello, incluso tus padres y abuelos se sentían incapaces, inadecuados, buenos para nada. Pero la vida les obligó a ocuparse, a esforzarse, a ganar experiencia. Simplemente te falta experiencia, o mejor aún, te falta práctica, como a todos los que se quejan de que no están a la altura.
Sigues siendo un principiante, sigues siendo un novato. ¡Pretendes ser bueno sin haber «repetido» lo suficiente! ¡Tienes demasiada prisa por crecer!
Nos comportamos como esos niños que van a fiestas de vez en cuando y cada vez se sienten fuera de lugar, incómodos, no saben qué decir o hacer y se sienten perdidos. Esta es una situación normal. Si no vas a fiestas muy a menudo, es natural que te sientas incómodo cada vez que lo haces.
Si no practicas ese miedo durante mucho tiempo, es obvio que no serás capaz de hacer una valoración y creerás erróneamente que no vales nada. También te digo que si no te esfuerzas lo suficiente ahora, dentro de cinco años puede que sigas siendo bueno, ¡sí, dentro de «cinco» años! pero tal vez sea demasiado tarde.
Permítanme que me haga entender aún mejor. Todo el mundo dice que soy bueno contando historias. Pero no es que tenga un talento especial: lo hago desde hace mucho tiempo y es lógico que escribiendo mucho me vuelva más y más hábil. No es casualidad, hay mucho tiempo invertido y mucho texto redactado.
Pero también tengo miedos. Por ejemplo, cuando se trata de dar un discurso improvisado, me siento bloqueado. ¿Sabes por qué? Porque siempre lo he evitado. Me falta practica y afrontar el problema de cara y ahora es cuando estoy dando ese paso por el camino correcto.
El éxito en la vida depende sobre todo del entrenamiento, de la repetición.
¡Sólo repitiendo nos volvemos buenos! A fuerza de repetir, las cosas que hacemos se convierten en hábitos y, por tanto, en algo automático. Todos somos incompetentes las primeras veces. No puede ser de otra manera.