¿Sabes cuándo un entorno transmite más o menos sentimientos positivos? ¿Cuando se es feliz o, por el contrario, se está inquieto sin saber exactamente por qué? Unos pequeños detalles pueden marcar la diferencia.
Nuestros ojos y nuestra mente perciben la homogeneidad o la confusión en los detalles más pequeños, sin que seamos conscientes de ello, pero afecta a nuestro estado de ánimo y a nuestro equilibrio.
Aunque nuestros hogares son nuestro único refugio, el único lugar que podemos llamar verdaderamente nuestro, la mayoría de nosotros no estamos satisfechos con el lugar donde vivimos.
Sobre todo, no reconocen las fuertes consecuencias que los hogares tienen en nuestra vida cotidiana.
Uno de los conceptos clave que se indica el Método Alba, es que un entorno no sólo puede ser bello desde el exterior, sino también desde el interior, apoyando las actividades que realizamos en él.
Somos muy sensibles al espacio, más de lo que creemos y cuando entramos en una habitación absorbemos todo lo que tenemos delante «como una esponja seca absorbe el agua«.
Lo que tocamos y sentimos, así como lo que vemos, entra dentro de nosotros y nos afecta. El resultado es que una habitación puede hacernos sentir molestos e incómodos o a gusto y bienvenidos, puede inspirarnos o confundirnos.
La unión hace la fuerza
La belleza, por tanto, tiene mucho más que ver con el apoyo que una habitación proporciona a sus ocupantes que con su aspecto exterior. La clave es unir las dos mitades.
Otro punto clave del método es ver el hogar como un Cuerpo Armónico compuesto por:
- Los huesos, que son la estructura física de la casa, el contenedor en el que vivimos.
- El aliento, que es sobre la disposición de la casa. La correcta disposición de los muebles y la eliminación del desorden favorecen una respiración saludable.
- El corazón se refiere a la vida emocional del hogar y a los elementos que lo componen, como los colores, las formas, los tejidos e incluso los olores.
- La cabeza se refiere a la finalidad del hogar. Describe la razón de ser de cada sala y apoya todas las actividades que se desarrollan en ella.
Esto ayuda a ver nuestra casa como un lugar vivo y no sólo como un contenedor de muebles, porque una casa contiene mucho más que las cosas que poseemos: contiene viejas energías y emociones, que al trabajar en ella, se pondrán en movimiento y se modificarán.
El vinculo entre colores y emociones
Cada color tiene un efecto específico sobre nosotros y esto se aplica a todos los colores que vemos: los de los entornos, los objetos, los envases de los productos y las obras de arte.
La naturaleza está llena de colores y nuestro cuerpo está estructurado para experimentar esta variedad. Existe una relación de interdependencia entre el entorno natural externo y el entorno emocional y mental, y la naturaleza monocromática de los objetos industriales que nos rodean cansa la vista, aburre la mente y aplana las emociones.
Por eso es importante elegir los materiales y colores de los que queremos rodearnos en nuestro hogar. Así, todo el conjunto influye en nuestras emociones, cuya función es adaptar nuestro organismo al entorno.
Nuestras emociones (Alegría, Tristeza, Ira, Asco; Miedo) son en un primer nivel, experimentadas con el cuerpo, por lo que, para producir una condición de bienestar, el ambiente del hogar debe ser armonioso y equilibrado.
El objetivo del Método Alba es, por tanto, proporcionar a quienes lo aplican una vida feliz, un hogar sano y un nido seguro en el que refugiarse del mundo agitado y estresante en el que vivimos.