Estar sin sentirse solo es posible y en este artículo te damos unos pequeños hábitos y consejos útiles para vivir tranquilamente solo y disfrutar de momentos cotidianos de reflexión. ¡Que son importantes!
Estar solo y disfrutar de la soledad es muy diferente a estar solo y/o ser antisocial. Una persona que sabe hacer amigos, conocer gente y relacionarse con los demás también debe ser capaz de disfrutar de momentos de soledad y reflexión con uno mismo, especialmente en casa.
La libertad de elegir si ver a nuestros amigos o no, porque nos apetece o no, es lo que nos permite pasar tiempo de calidad con nuestros pensamientos y descubrir poco a poco el placer de estar solos y aprovechar los momentos de soledad para reflexionar.
Estrategias de bienestar
Pasar tiempo a solas no es solo «hacer algo», es decir, dedicarse a un hobby o descubrir nuevas pasiones. Por supuesto, también son importantes, y de hecho acostumbrarse a una nueva afición es siempre una buena manera de entender mejor los propios gustos, pero estar bien solo significa sobre todo ser capaz de vivir con los propios pensamientos.
Sí, estar en medio de los pensamientos y en soledad puede ser muy desagradable. Estar solo y no saber cómo afrontarlo también puede ser muy perjudicial para nuestro bienestar mental. ¿Qué hacer cuando los pensamientos te agobian y te dejan sin aliento?
Siéntate en el suelo con las piernas cruzadas y haz de la soledad tu mejor amiga. Respira profundamente y escucha los latidos de tu corazón, ¿qué te dice tu cuerpo? ¿Qué pensamientos son felices en este momento? ¿Cuáles son los que nos hacen caer?
Despejar la mente significa dejar espacio para nuevos pensamientos y con una mente despejada te sientes más activo, más independiente, más capaz de sentirte bien en soledad.
Gestos de Amor
Puede parecer superficial, pero hay que aprender a ser cortés con uno mismo. En efecto, es muy común, cuando se está solo, volverse perezoso y dejarse llevar por los pensamientos negativos, volverse más sedentario y menos proactivo.
Pero esto se puede cambiar. Estar solo significa aprender a cuidarse para estar bien y sentirse mejor. Un gran error al que conduce la soledad es descuidarse o dejar de valorarse.
Cocinar para ti mismo
Este es un gran comienzo. Normalmente, cocinas o te dedicas a cocinar cuando tienes invitados o cuando no estás solo en la mesa, pero, en cambio, te ves reducido a pedir una pizza o a comer atún en lata cuando estás solo. ¡Error! Cocinar un almuerzo alegre y equilibrado no solo requiere tiempo, sino que es diez veces más satisfactorio: una comida deliciosa para quererse más.
Caminar al aire libre
Otro consejo que parece una nimiedad y que en realidad ayuda mucho. La actividad física ligera y habitual hace que nuestro cuerpo esté más activo y también nos permite respirar un aire diferente al que se respira entre las cuatro paredes de nuestras casas.
Un paseo de tan solo 30 minutos al aire libre despeja la mente e incluso los pensamientos tristes parecen un poco menos grises.
Cuidar una planta
No, no se trata de los habituales consejos de un experto jardinero. Cuidar una planta, aunque sea pequeña, nos permite evaluar nuestras habilidades básicas en el cuidado de otro ser vivo y nos da un mínimo de satisfacción personal en el día a día.
Además, es un buen hábito y requiere poco tiempo, pero mucha voluntad de hacer el bien, por lo que cada vez que vemos crecer y brotar nuestra plantita nos sentimos un poco mejor.
Empieza a leer al nuevo
Romper con los hábitos literarios es una buena manera de descubrirse a sí mismo. En lugar de dedicarse a la novela de siempre, es beneficioso probar algo diferente, algo que nunca se haya planteado antes. Nos permite ser más curiosos y estar más motivados, ¡quizás descubramos una nueva gran pasión y aprendamos más sobre ella!
Tener un diario de pensamientos
Poner los pensamientos en papel es una buena manera de mantener viva la memoria. Un diario personal es solo nuestro, por lo que escribirlo y releerlo es una inmersión en los pensamientos y puede hacerte ver el mundo desde una perspectiva diferente.
Otra forma estupenda de hablarnos de nosotros mismos es llevar un Diario de Sueños: un diario en el que anotamos todo lo que recordamos de nuestros sueños nocturnos.