La característica esencial del Trastorno Narcisista de la Personalidad es un cuadro de tendencia a la superioridad, necesidad de admiración y falta de sensibilidad hacia los demás.
Los individuos con Trastorno Narcisista tienen, la mayoría de las veces, una alta autoestima. Habitualmente exageran sus capacidades, pareciendo a menudo engreídos. Creen que son especiales, superiores, que deben ser satisfechos en todas sus demandas y que tienen derecho a un trato especial.
Esperan que los demás reconozcan su condición de especiales y, si esto ocurre, los idealizan. Por el contrario, si los demás cuestionan sus cualidades, reaccionan con ira, siendo incapaces de cuestionarse a sí mismos y de aceptar las críticas.
Por encima del bien y del mal
Los individuos con trastorno narcisista de la personalidad suelen tener dificultades para reconocer que los demás también tienen deseos, sentimientos y necesidades. Piensan que sus propias necesidades son lo primero y que su forma de ver las cosas es la única universalmente correcta, mostrando indiferencia hacia los puntos de vista de los demás e incapacidad para comprenderlos.
Así, por ejemplo, los individuos con trastorno narcisista pueden esperar evitar las colas y ser atendidos inmediatamente por los dependientes y camareros. En cualquier caso, aunque no lo exijan, les molesta sobremanera tener que cumplir con las esperas, con las normas compartidas, y no toleran que no se satisfagan sus necesidades de forma inmediata.
Normalmente, los pacientes narcisistas tienen un nivel de perfeccionismo muy alto y quieren que las cosas que de alguna manera reflejan su imagen (ropa, coche, casa, etc.) y sus habilidades (estudio, trabajo, etc.) sean perfectas. Desgraciadamente, también aplican este mecanismo perfeccionista a sus personas más cercanas (por ejemplo, la pareja o los hijos), hacia las que son muy exigentes y críticas, ya que les exigen que siempre les hagan «quedar bien».
Por lo tanto, las relaciones interpersonales del paciente con trastorno narcisista de la personalidad suelen estar deterioradas debido a los problemas derivados de las exigencias excesivas, la necesidad de admiración y el relativo desprecio por la sensibilidad de los demás.
Envidia de los demás
Por último, los individuos narcisistas suelen tener envidia de los demás, o creen que los demás tienen envidia de ellos. Tienden a ver a los demás de forma competitiva y luchan por establecer y mantener una posición de supremacía.
Muy a menudo, en los puestos altos de cualquier jerarquía (corporativa, institucional, etc.), encontramos individuos con personalidades narcisistas, ya que sus características son funcionales a la competencia en el trabajo. Consiguen grandes resultados sin darse cuenta de cuántas personas sufren por sus actitudes o se ven perjudicadas por ellas.
En las relaciones interpersonales, las personas con trastorno narcisista de la personalidad son un fracaso. Por lo general, eligen parejas débiles y sumisas que las admiran y las hacen sentir importantes.
Sin embargo, al cabo de un tiempo, se aburren, se sienten insatisfechos y van en busca de nuevos coqueteos, destinados a estimularlos de nuevo, o intentan transformar a su pareja, manipulándola a su gusto.
Competencia las 24 horas del día
Incluso en el amor viven con un sentido constante de competencia y el gusto que obtienen de la relación es principalmente el de conquistar a la «presa». Viven las relaciones sexuales con una fuerte ansiedad de rendimiento, lo que a veces les convierte en víctimas de disfunciones sexuales, lo que supone una tragedia para ellos.
Los pacientes con trastorno narcisista de la personalidad, en los raros casos en los que entablan relaciones con una persona «a su nivel», que no les admira, a la que están verdaderamente apegados, sufren una elevada ansiedad de abandono y, en caso de ruptura, se hunden en la depresión. La misma suerte corre en caso de grandes fracasos en el trabajo o si pierden una competición importante.
En cualquier caso, los narcisistas, incluso cuando sienten que tienen todo lo que desean (éxito, amor, dinero, etc.) se sienten constantemente insatisfechos y pasan por fases depresivas a las que no pueden dar una explicación.
La terapia para el trastorno narcisista de la personalidad es muy difícil, en parte porque son completamente inconscientes del trastorno y del efecto que tiene en los demás. Suelen acudir a terapia porque se sienten deprimidos, pero las terapias tradicionales con antidepresivos son ineficaces.
La terapia cognitiva a medio y largo plazo (de 1 a 2 años) ofrece algunas posibilidades de mejora, aunque es muy difícil cambiar una estructura de personalidad y, en estos casos, también ganar la confianza del paciente con personalidad narcisista y mantenerla alta.